lunes, 9 de diciembre de 2013

Excursión al Parque Natural Marismas de Santoña


Excursión al Parque Natural Marismas de Santoña (Cantabria). 
6, 7 y 8 de Diciembre de 2013

Excursión interna de los miembros del grupo SEO-Vanellus. 


VIERNES 6



Madrugamos para aprovechar el día, ya que en invierno los días son muy cortos y el Sol se oculta pronto, y más o menos a las 18:30 la luz desaparece. Además, teníamos que recorrer alrededor de 554 Km hasta llegar a Santoña. Salieron de Fuenlabrada a las 6:25, en el coche iban Félix, Laura y Francisco. Llegaron a Leganés a las 6:37 en donde  me recogieron e iniciamos el camino hacia Santoña. En otro vehículo que también sale de Leganés iban Luis, José Luis, Maribel, Mario (el más joven, pero que sabe lo suyo de aves), y tras recoger a Antonia inician el viaje. 

 

 

Este día lo íbamos a aprovechar no solo para realizar el viaje, sino también para ver aves en puntos intermedios. Habíamos decidido parar en la Laguna de Boada y en la Laguna de la Nava situadas apenas a 16 Km la una de la otra, en la provincia de Palencia. Además, en la Laguna de Boada sería nuestro punto de encuentro con los otros compañeros del grupo que iban en el otro vehículo. Sin embargo, no fue necesario llegar a la laguna para encontrarlos, pues nos alcanzaron en la autovía. 

 

 

A la Laguna de Boada llegamos a las 9:50, tras dejar los vehículos en el aparcamiento habilitado, marchamos hacia la laguna. En este recorrido ya observamos las primeras aves, divisamos bandos de fringílidos; pardillos (Carduelis cannabina), Verderón común (Carduelis chloris) y jilgueros (carduelis carduelis). Entre estas aves vimos un ave blanca con la cabeza roja que destacaba sobre las otras. Francisco comentó que podría ser un jilguero albino, pero no pudimos confirmarlo, ya que cuando montamos los telescopios el bando de fringílidos alzó el vuelo.  También observamos cogujadas comunes (Galerida cristata) en los campos de labor que rodean a la laguna. Además, vimos un milano real (Milvus milvus) sobrevolando la zona. Por cierto, fácil de ver en invierno ya que, a la población de milanos residentes en la Península (en claro declive), se le añaden los ejemplares que provienen del norte de Europa, que viene a pasar el invierno. De manera que, desde que abandonamos la gran ciudad hasta la llegada a la laguna habíamos contado un total de 43 milanos.



Milano real (Milvus milvus) volando entre un grupo de palomas domésticas (Columbia livia subsp domestica)

La Laguna de Boada es una pequeña depresión endorreica que se nutre del agua de lluvia. La superficie máxima de la laguna en los años lluvioso suele ser de 65 hectáreas y una profundidad de unos 40 cm. Esta laguna fue desecada en los años 70 y afortunadamente fue recuperada en 1998 gracias a un acuerdo entre el ayuntamiento de Boada y la Fundación Global Nature. Para dicha restauración fue necesario un trasvase de agua del Canal de Castilla. Sin embargo, dado que este otoño ha sido muy seco se apreciaba menos cantidad de agua y con muy poca profundidad. Este hecho lo pudimos constatar, cuando un aguilucho lagunero (Circus aeruginosus), se poso en el centro de la laguna, poniendo en clara evidencia, la poca cantidad de agua y la poca profundidad de la laguna. Tal vez, este hecho y el que soplase un viento helador, hiciese que en la laguna hubiese muy pocas aves. En cierta manera fue un poco decepcionante. En ellas vimos un grupo de correlimos comunes (Calidris alpina) alimentándose, una cigüeña blanca (Ciconia ciconia), un Tarro blanco (Tadorna tadorna), avefrias (Vanellus vanellus) y sobrevolando la laguna observamos cernícalos comunes (Falco tinnunculus) y esmerejones (Falco columbarius), pero muy lejos en la otra orilla.



Correlimos comunes (Calindris alpina) alimentándose en la laguna de Boada

Sobre las 11:30 volvimos al aparcamiento para poner rumbo a la Laguna de la Nava.

 

Antes de llegar a la laguna, ya divisamos grandes grupos de ánsares comunes (Anser anser) alimentándose en los barbechos al lado de la carretera. Grupos de hasta un centenar de ejemplares. Paramos un instante para observarlos y hacer fotografías. Además, en el otro lado de la carretera vimos un pequeño grupo de avefrías y un grupo de estorninos negros (Sturnus unicolor).



Ánsares comunes (Anser anser)

Tras reanudar la marcha llegamos al primer observatorio de la Laguna de la Nava a las 12:15. 

 

Esta laguna también fue prácticamente desecada en los años 60 pero a partir de 1990, la Fundación Global Nature inicia aquí también un programa de recuperación. De manera que en la actualidad la laguna tiene una extensión máxima de 400 hectáreas de las 2500 hectáreas que inicialmente tenía. Actualmente su contenido de agua está regulado de forma artificial, ya que se introduce agua procedente del Canal de Castilla mediante un complejo sistema de compuertas y sifones. La laguna está rodeada de una serie de diques de tierra que la dividen en tres zonas, que permiten una mejor gestión de la cantidad de agua que hay que introducir. Se añaden aportes de agua desde el otoño hasta la primavera, y posteriormente se deja que la laguna se seque.

 

La laguna era un verdadero hervidero de vida, los gansos se contaban por centenares pero también se observaban muchas anátidas (azulón europeo (Anas platyrhynchos), Silbón europeo (Anas penelope), cerceta común (Anas crecca)). Tras permanecer un tiempo razonable en este observatorio, tomamos los vehículos y nos dirigimos al siguiente. 



Laguna de la Nava

Éste constaba de una pasarela de madera que conectaba con el observatorio. Desde éste se tenía una mejor visión de la laguna y pudimos observar con mayor claridad a los gansos y todas las anátidas acompañantes, e incluso vimos a dos grullas (Grus grus) que estaban en el centro de la laguna. También divisamos ejemplares de garceta grande (Ardea alba) y garza real (Ardea cinerea)

 

Nos llegaron noticias que, desde la carretera otro grupo de aficionados a la ornitología estaba observando un ejemplar de barnacla cuellirroja (Branta ruficollis), de manera que nos dijimos hacia ese punto para tratar de ver a este excepcional ejemplar. El problema es que estaba demasiado lejos y solo se podía observar con los telescopios. Además dada la gran cantidad de ánsares comunes se la perdía de vista entre tanto ganso, pero algunos miembros de nuestro grupo pudieron observarla, otros nos quedamos con las ganas. También, se observó un ejemplar de barnacla cariblanca (Branta leucopsis). Sin embargo, todo finalizó cuando los gansos alzaron el vuelo y estos ejemplares terminaron por desaparecer entre la multitud. Momento en el que decidimos retomar el viaje hacia Santoña.



Laguna de la Nava

Paramos a las 15:00 en un área de servicio para comer y posteriormente tras tomar un cafelito continuamos con el viaje. Al albergue llegamos a las 18:15, tras subir el equipaje y acomodarlo en las habitaciones nos fuimos a dar una vuelta por el pueblo, ya que hasta las 21:00 no nos servían la cena. Fuimos primero al puerto y después visitamos la calle peatonal de Santoña, e incluso algunos hicimos algunas compras. Fundamentalmente, los tradicionales y buenísimos "sobaos pasiegos". También, tomamos un refrigerio en un bar y aprovechamos para charlar, cambiar impresiones y conocernos un poco mejor. Es decir lo que normalmente se dice “hacer grupo”. No todo iba ser ver aves.... 

 

Tras la cena realizamos una pequeña e improvisada reunión para planificar la jornada del sábado y después todos a la cama.



SÁBADO 7



La noche anterior habíamos hablado con la encargada del albergue y adelantamos el desayuno desde las 9:00 a las 8:00. De modo que dispusimos de una hora más. Después de desayunar, cogimos todos nuestros cachivaches (telescopios, prismáticos, cámaras de fotos, etc...) y salimos del albergue. Justo en frente del albergue, ya vimos las primeras aves del sábado, un andarríos chico (Actitis hypoleucos) y varios cormoranes grandes (Phalacrocorax carbo) volando. También divisamos en vuelo tres cisnes comunes (Cygnus olor), tal vez fuesen salvajes o tal vez asilvestrados, ya que estas aves son muy utilizadas para embellecer los estanques de parques y jardines de muchas ciudades. Algunos integrantes del grupo pudieron ver en vuelo a un Colimbo grande (Gavia immer). Desde ahí, nos encaminamos hasta el puerto pesquero, en donde rápidamente hicieron su aparición las gaviotas (Gaviota reidora (Chroicocephalus ridibundus), Gaviota sombría (Laurus fucus) y Gaviota patiamarilla (Laurus michahellis)).



Vista del cerro Montehano desde el mirador del puerto

En el mirador del puerto, que tiene forma de proa de barco, montamos los telescopios y observamos las aves que estaban en una barra de tierra en el centro de la bahía. Observamos, cormoranes grandes y junto a ellos un gavión (Laurus marinus), también había espátulas (Platalea leucorrodia), zarapitos reales (Numenius arquata). Después de un tiempo, bajamos e instalamos los telescopios justo en el borde del puerto. Desde allí divisamos una grupo de barnacla carinegra (Branta bernicla) y al realizar un barrido de la superficie del agua de la bahía, localizamos dos eider común (Somateria mollissima) y un negrón común (Melanitta nigra). Estaban muy lejos, pero se podían ver con los telescopios. Después nos encaminamos hacia la marisma de Bengoa. Pero antes de abandonar el puerto observamos un ejemplar de zampullín cuellinegro (Podiceps nigricollis). 

 

En el comienzo del recorrido de la marisma de Bengoa, nos encontramos con un elegante ejemplar de cormorán moñudo (Phalacrocorax aristotelis) posado sobre una boya, como los llaman en la zona cuervos del mar por su color negro. Seguimos avanzando y nos encontramos con tres zampullines cuellinegros que estaban zambulléndose, nunca mejor dicho, entre unas barcas y entaban mucho más cerca de la orilla que el ejemplar que vimos en el puerto, lo cula nos permitió obtener buenas fotografías.



Zampullín cuellinegro (Podiceps nigriscollis)

También con los telescopios pudimos observar un colimbo chico (gavia stellata). Seguimos avanzando, y cada vez se hacía más patente la retirada del mar, ya que estaba bajando la marea lo cual dejaba al descubierto el fango en el que se alimentaban distintos tipos de limícolas. Cercanos a la orilla pudimos ver andarríos chicos, agujas colinegras (Limosa limosa) y agujas colipintas (Limosa lapponica), un ejemplar de combatiente (Philomachus pugnax) y un ejemplar de correlimo común. Más alejados y utilizando los telespocios observamos archibeve común (Tringa totanus) archiveve claro (Tringa nebularia), archibeve oscuro (Tringa erythropus), zarapito real y zarapito trinador (Numenius phaeopus).



Agujas colinegras (Limosa limosa)

Llegamos hasta al final de la marisma en donde hay un observatorio. En esta zona encontramos dos ejemplares de ostreros euroasiáticos (Haematopus ostralegus). Nos detuvimos bastante tiempo viendo a estas magníficas aves con los telescopios. Fue una pena que estuvieran demasiado lejos para poder hacer fotografías. En esta zona también vimos a una espátula que estaba alimentándose en una pequeña charca, dejada tras la retirada de la marea, realizando sus característicos movimientos de pico con los que captura a sus presas. También había un grupo de ánades rabudos (Anas acuta). Tras permanecer un tiempo en esta zona iniciamos el regreso al albergue. 





Al volver entre los taray, los juncos y altas hierbas que crecían en las orillas de la marisma, Laura y Paco observaron una ejemplar de carricerín cejudo (Acrocephalus paludicola), un avistamiento muy curioso, pues esta pequeña ave ya no debería estar aquí, sino en sus cuarteles de invierno en África occidental. También se observaron ejemplares de Buitrón (Cisticola juncidis), que se movían andando entre la vegetación, con un comportamiento que recordaba más a roedores que a aves.

 

Buitrón (Cisticola juncidis)

 

Cuando llegamos a la zona de las barcas el colimbo chico se había acercado a la orilla, en donde estaba cpturando pequeños peces. Tuvimos mucha suerte y aprovechamos para hacer fotografías y observar la forma de pesca de esta curiosa ave.



Colimbo chico (Gavia stellata)

Colimbo chico pescando


Cuando llegamos al albergue, nos acomodamos en un banco con vista a la bahía y disfrutamos del cálido Sol mientras comíamos. La verdad es que con el tiempo tuvimos mucha suerte, pues los tres días nos hizo muy bueno y no llovió, situación que es muy rara si viajas en invierno al norte.

 

Después de comer, cogimos los coches y nos fuimos a otra parte de la bahía. Aparcamos los coches en una antigua cantera en Montehano, un pequeño monte de 186 metros de altura ubicado en el término municipal de Escalante. Allí pudimos observar a un ejemplar de halcón peregrino (Falco peregrinus). Posteriormente, cruzamos la carretera y ya con vistas a la marisma divisamos aguajas colinegras y algún ejemplar de zarapito real. 

 

Tras un cierto tiempo de observación volvimos a los vehículos y nos dirigimos a una zona de la marismas para tratar de ver al águila pescadora. No tuvimos tanta suerte, pero sí observamos un par de espátulas en vuelo, también patos cucharas (Anas clypeata) y cercetas comunes. Además, en los prados encharcados vimos bisbitas. 

 

Para finalizar la jornada, pues el Sol iba descendiendo con prontitud, nos fuimos a otra zona de la marisma. Aparcamos los coches y para acceder a la marisma, tuvimos que caminar por una zona boscosa en donde había laureles. Nos llamó la atención una planta trepadora, con pinchos en los tallos y en los bordes de las hojas. Las hojas eran duras y brillantes, de forma alargada en los ejemplares jóvenes y con forma acorazonada en los adultos. Posteriormente, averiguamos que se trataba de la planta de la zarzaparrilla (Smilax aspera). De esta planta antiguamente se obtenía una bebida refrescante de sus raíces llamada del mismo nombre que la planta (refresco de zarzaparrilla).



Zarzaparrilla (Smilax aspera)

Al llegar a la marisma, observamos un número importante de chorlitos grises (pluvialis squatarola), acompañados de otras limícolas. Se nos hacía de noche, de modo que regresamos al albergue.




 

Después, algunos de nosotros nos fuimos a dar un paseo por el pueblo, mientras que otra parte del grupo se quedó descansando en el albergue. Tras la cena, el cansancio acumulado a lo largo de la jornada se hacía notar y enseguida nos fuimos a la cama a descansar.




DOMINGO 8

  

 

Tras desayunar, preparamos el equipaje y lo guardamos en los coches. Abandonamos el albergue y nos dirigimos al Cabo de Ajo, para tratar de ver alguna ave marina (alcatraces, alcas, araos, etc...). Pero sólo divisamos el paso de algunas gaviotas y de un halcón peregrino que iba bordeando la línea de costa. 


Faro del Cabo de Ajo



Estuvimos un cierto tiempo disfrutando de las preciosas vistas del acantilado y en los prados cercanos localizamos una pareja de tarabilla común (Saxicola torquatus) y escribanos cerillos (Emberiza citrinella).







Después pusimos rumbo a las marismas negras y blancas situadas en el término municipal de Astilleros. Al llegar a la marisma negra, que es un humedal de agua salada que depende de las mareas, observamos un andarríos chico muy confiado que se situó en la orilla muy cerca de nosotros. Empezamos a disparar las cámaras de fotos, no podíamos desaprovechar esta oportunidad. 



Andarríos chico

En el centro de la marisma, en una pequeña isla estaban descansando, agujas colinegras, chorlitos grises y un cisne común. También observamos ánades rabudos que estaban alimentándose en el centro de la marisma. Alrededor de la marisma había una zona arbolada y allí observamos carboneros garrapinos (Parus ater), una curruca capirotada (Sylvia atripilla) y mosquiteros. Laura fue la afortunada del grupo que pudo ver volando un martín pescador (Alcedo atthis). Empezamos a bordear la marisma con dirección a las marisma blanca que está al otro lado de la autovía y a través de una pasarela flotante accedimos al otro lado. Allí observamos dos ejemplares de cisnes común


La marisma blanca es una laguna de agua dulce, en la que divisamos una gran cantidad de aves. Había porrones comunes (Aythya ferina), porrón moñudo (Aythya fuligula), fochas comunes (Fulica atra), gallinetas común (Gallinula chloropus), zampullín chico (Tachybaptus ruficollis), ánade real, cormoranes grandes, una garza real y una pareja de patos criollos (Cairina moschata). Estos últimos son originarios de América del sur (desde México, Argentina y Uruguay), evidentemente estos patos han sido introducidos por el hombre. 


Porrón moñudo

El tiempo fue pasando rápidamente y a las 14:30 iniciamos el regreso hacia los coches. Dimos por terminada esta jornada y pusimos punto final a estos tres días estupendos e intensos de observación de aves, así que comimos e iniciamos el regreso a Madrid. 

 

Hasta la próxima excursión.



Para ver las próximas excursiones programadas del grupo SEO-Vanellus consultar su blog.

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